DIVINA PASTORA. EL EDIFICIO.

Ubicado en pleno centro de Santander, en el corazón de la Calle Sta. Lucía, este elegante edificio de 5 plantas y de estilo neoclásico francés, dispone de viviendas de 1, 2, 3 dormitorios. Cuenta con terrazas, miradores, viviendas abuhardilladas, trasteros y garajes opcionales. Su imponente estética, resaltada con iluminación nocturna en su fachada, y su céntrica ubicación lo convierten en el protagonista de la calle, junto a todos los servicios públicos de proximidad, colegios, comercios, restauración, medios de transporte y centro financiero de la capital santanderina.

La complejísima construcción de este monumental edificio ha requerido un auténtico ejército de profesionales, ya que, al encontrarse entre edificios muy antiguos, los trabajos de derribo de la antigua edificación y la profunda excavación para alojar los garajes, han requerido de métodos quirúrgicos y maquinaria especializada en este tipo de trabajos. Por este motivo, desde el derribo del antiguo colegio homónimo hasta la fecha de hoy, han transcurrido casi tres años. Una larga espera para sus propietarios que, por fin, podrán disfrutar de su ansiada vivienda en el centro.

RECUERDOS OLVIDADOS.

El 15 de marzo de 2016, el periodista Juan Carlos Flores-Gispert, escribía en Diario Montañés:

Las cuatro plantas del colegio de la Divina Pastora, en la céntrica calle de Santa Lucía, aún conservan algunos recuerdos de sus décadas de dedicación a la enseñanza. En lo que fueron la Secretaría y la Dirección, las monjas dejaron cartillas escolares con las calificaciones y las fotografías de las alumnas nacidas en el año 1956. También están los grandes libros con las calificaciones (por alumnos y cursos), álbumes desde los años cuarenta con fotos del devenir del centro y sus alumnos, libros de texto, volúmenes de la literatura universal y, tirado en un rincón, el pergamino con la fotografía y la firma autógrafa de Juan Pablo II emitido en julio de 1986 en el centenario de la muerte de la fundadora de la orden religiosa. Y, junto a ellos, decenas de pupitres y sillas escolares, muebles con aire de los años sesenta, antiguos equipos de música, decenas de cassettes (entre ellos el Cántico Espiritual, de Amancio Prada) y hasta un retrato de la madre fundadora presidiendo un aula con el lema en la pared 'Nos reunimos en el nombre de Jesús'.

CON MUCHO ESTILO… FRANCÉS.

La baguette y los tejados de París son los dos candidatos franceses al Patrimonio Inmaterial de la Unesco. De los dos, solo uno puede optar a la candidatura como patrimonio en 2022. Los famosos tejados de zinc parisinos, que han sido representados por artistas de fama mundial como Picasso, Cezanne, o Van Gogh, cubren una gran parte de los edificios de la capital y son, desde hace ya muchas décadas, parte del paisaje histórico de la ciudad del Sena.

Este estilo neoclásico francés, habitual en las calles céntricas de París, ha inspirado a los arquitectos de Tecniobras para diseñar Divina Pastora, una construcción residencial en pleno centro de Santander que toma alguno de los elementos de la arquitectura francesa. Uno de estos elementos destacados es la mansarda, que en arquitectura denomina a la ventana dispuesta sobre el tejado para iluminar y ventilar su último piso en la fachada, constituyendo un elemento ornamental destacado que corona los edificios. El recubrimiento de los edificios

mediante tejados inclinados genera un espacio, a veces aprovechable, entre estos y el último. La mansarda tiene como misión abrir el desván al exterior, disponiendo una ventana vertical en alguno de los faldones de la cubierta. Para ello es preciso practicar un hueco en el tejado que se techa con otro pequeño tejado a dos aguas, cuyo caballete se sitúa perpendicular al faldón y a la ventana en el centro y por encima de esta. Las mansardas típicas se recubren con tejas (muchas veces en forma de escama) elaboradas con pizarra o con chapas de zinc artísticamente troqueladas.

También llamado tejado francés, la mansarda toma su nombre del arquitecto parisino François Mansart (1598-1666), quien la popularizó en las ciudades francesas. Su sobrino nieto, Jules Hardouin Mansart, la elevó a rango mundial al incorporarla en la construcción del Palacio de Versalles, por encargo de Luis XIV.

Tecniobras. #Hogares llenos de buenas ideas.

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https://www.grupotecniobras.com/
FichaPromocion_DivinaPastora_01_Presentacion.html

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